Los mejores exponentes del Slopestyle se dieron cita en Austria, para
hacer las mejores piruetas y demostrar que pueden ser los mejores en
esta disciplina y optar al oro en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014.
Ha sido tanta la popularidad y éxito de esta modalidad, que se
convertirá en un evento olímpico en los próximos JJ.OO. de Invierno. La
belleza del entorno, la espectacularidad de las piruetas y la osadía de
los deportistas tienen al Slopestyle encumbrado como una de las disciplinas más atractivas de la temporada invernal en Europa.
En el Abierto de Austria de esta especialidad se dieron cita doscientos
esquiadores de dieciséis países, quienes tuvieron el privilegio de
mostrar sus habilidades en el décimo aniversario de esta tradicional
competencia.
Gracias a las buenas condiciones del clima y del terreno los
deportistas impresionaron a los fanáticos con sus mejores rutinas que
destacaron por la limpieza de sus movimientos y la audacia de sus
saltos.
El noruego Andreas Hatveit repitió el éxito del año pasado y volvió a
quedarse con el certamen demostrando que en esta pista austriaca está un
nivel más alto que sus rivales.
Tras el defensor del título, quién agregó que se conformaba con subirse
al podio, quedó el norteamericano Gus Kenworthy al sortear con calidad
los obstáculos, barandas y dos saltos de más de veinte metros que
comprendía la pista del parque austriaco de Kitzsteinhorn.
El bronce en el aniversario de los diez años del certamen en los Alpes
cercanos a la cuidad de Salszburgo, fue para otro noruego, Oystein
Braten, alcanzando un lugar en el podio tras impresionar gratamente a
los jueces que calificaron el evento, como el mejor del decenio según
sus organizadores.
El Slopestyle sigue captando las miradas en los principales montes del
hemisferio norte en esta parte final del invierno en una temporada donde
esta especialidad ha podido lucirse de cara a su principal desafío:
Sochi 2014.